Problemas del emprendedurismo

En el emprendedurismo es difícil saber por dónde empezar, por lo que este artículo tiene como objetivo moverte a la acción. Y la historia de la familia Bosch Gutiérrez es un buen ejemplo.

Son millones de personas las que sueñan con una vida próspera y abundante, y muchos de ellos creen que siendo dueños de su propio negocio lo van a lograr. No es cierto. Esa es la primera verdad incómoda, por duro que parezca.

No todos han nacido para ser empresarios. Lo siento, es cierto. En tan cierto como que no todos nacimos para ser grandes deportistas o virtuosos de la música. Yo siempre quise cantar, pero no puedo. ¡Bueno si puedo, quizás no debo, al menos en público! Las universidades, los gobiernos y los bancos están promoviendo el espíritu emprendedor y eso está muy bien.

Nosotros creamos FundaPymes en mayo del 2001, cuando todo esto estaba comenzando. 2. Cada vez más universitarios graduados no logran encontrar un empleo cuando salen, entusiastas e ingenuos, al mercado laboral con un título debajo del brazo.

 No quiero polemizar en este artículo, pero muchos programas de emprendedurismo excelentes son ofrecidos por profesores con muy poca experiencia en el mundo de los negocios.

La historia de la familia Bosch Gutiérrez es un buen ejemplo de emprendedurismo

Ya hablaré de esto en otros artículos y me agrada ver cómo algunas universidades están tomando como ejemplo la historia de la familia Bosch Gutiérrez para “aterrizar” los temas presentados por los profesores. Determina qué fortalezas tienes, cuáles son tus talentos, cuál es tu personalidad y en dónde están tus mayores habilidades.

Si te quedaste sin empleo y es eso, de pronto, lo que te ha llevado a pensar en tener tu propio negocio, pues haces mal. O quizás, esa es la llamada a realizar algo para lo que sí tienes cualidades, pero que la seguridad de un empleo no te había abierto la puerta a la oportunidad… o a la necesidad. O quizás tienes un título y no encuentras empleo, después de haberlo intentado durante meses.

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Tener éxito en el emprendedurismo va más allá de tener buenas notas en el colegio

Puede que algunos de tus compañeros, menos brillantes, de la secundaria o de la universidad, hoy son dueños de su propia empresa y has visto que son muy exitosos. El primer paso es determinar por qué exactamente deseas ser dueño de tu propia empresa, si tienes la pasión, la fuerza de voluntad y el carácter para soportar los tiempos de adversidad, la incertidumbre, el riesgo implícito y la altísima posibilidad de perderlo todo.

¿Qué te mueve realmente a ser dueño de propio negocio? Si estabas buscando un artículo “bonito” que te dijera lo maravilloso y glamoroso que es tener tu propia empresa, lo siento. No vas a encontrar aquí “los secretos de cómo hacerte rico mientras duermes”. La segunda verdad incómoda es que, quienes hoy son dueños de grandes empresas, la han luchado y lo siguen haciendo cada día. Muchos de ellos perdieron familias, salud, credibilidad social y miles de dólares para tener hoy negocios exitosos.

Muchos fracasaron dos veces, tres veces o más, antes de lograr sus metas. Algunos de ellos, en los momentos más difíciles, pensaron si era mejor salir a buscar un empleo; pero nunca lo hicieron, porque su vocación era esa: ser dueños de su propia empresa.

Si no tienes la vocación, abandonarás ante la primera adversidad y te irás rápidamente hacia aquella luz brillante que crees que se sigue llamando “trabajo estable” o “salario seguro cada quincena”. Si realmente tienes las agallas, el valor, la entereza, el entusiasmo, la persistencia, la energía y la firme decisión de emprender, ponle fecha.

No seas ingenuo. No pienses que en tres meses tendrás tu negocio funcionando. Lo que sí es cierto, es que si no le pones fecha nunca lo tendrás.

 Establece un plazo de tres a seis meses para elegir el tipo de negocio a cuál estás dispuesto a entregarle alma vida y corazón. El emprendedurismo será un camino largo, pero valdrá la pena recorrerlo.